Esta es la simpática
historia de un gato que vive en un puerto y cierto día recibe la sorpresa de un
visitante inesperado. Este es nada menos que una gaviota que trata de
sobrevivir después de haber sido contaminada con una atroz mancha de aceite.
Aunque la gaviota
logra aterrizar en el balcón donde se encuentra el gato, poco después perece,
no sin antes dejar un aún más inesperado regalo, un huevo. Poco antes de
perecer el ave le hace prometer al gato que no sólo cuidará de su bebé sino que
además le enseñará a volar.
Comprometido
el gato, debe recurrir a sus compañeros del puerto, una barriada de
inteligentes gatos callejeros, los cuales le ayudan no solo a empollar el
huevo, sino también a enseñarle a volar. Esta última labor es la más difícil de
todas, ya que el animalito se cree más gato que gaviota y no piensa que pueda,
ni quiere volar.
Finalmente
deben recurrir a la ayuda de un poeta, el cual gracias a su imaginación y
lucidez, posibilita que la avecilla al fin pueda alzar el vuelo.
El final
feliz de este animado cuento o pequeña novela, marca la enseñanza de un felino
que nos da ejemplo con su espíritu de solidaridad, fidelidad a su palabra y deseo
de ayudar a los además. El cuento es una
crítica a ese afán destructor del hombre que ha contaminado lo más esencial o
sea el agua, en este caso el océano, con sus derrames de petróleo. El clima
general de la obra es muy festivo y didáctico, los personajes animales tienen
un bello carácter que nos da ejemplo de convivencia y gran sentido del humor
ANDRES
ESTEBAN CORREA RESTREPO
Miembro del Cubo de Lectura
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