viernes, 7 de septiembre de 2012

CARTA SOBRE EL CUENTO PASEO

PASEO.
CUENTO DE JOSÉ DONOSO.
CLUB DE LECTURA 2012


Disfruto los escritos de JOSÉ DONOSO. Sus temas, aparentemente frívolos, pues sus cuentos tratan por lo general asuntos de gente de la burguesía Chilena, ocultan cuestionamientos sutiles a esa forma de vida ligera, improductiva, absurda, de la cual participó él por su propia pertenencia de clase. Leí hace un tiempo CUARTETO PARA DELFINA. Tuve inmensas dificultades para leer "CORONACIÓN"; supongo que por imposibilidades o carencias mías. Leer a JOSÉ DONOSO es comprender las profundas diferencias entre el Chile Burgués y el Chile de abajo, el Chile del pueblo, el hombre y la mujer de la montaña y del mar, a quienes les cantó NERUDA. Los hombres de los puertos sobre los que escribió bellamente ANTONIO SKÁRMETA; los hombres y mujeres retratados en lo mejor de la literatura Chilena: las gentes del campo, los obreros de las minas de cobre; los “rotos”que vagabundean por ese país hermoso de cultura extraña, casi ajena al destino americano. País que, sin quererlo, vivió en su entraña lo agudo de las contradicciones políticas de este continente al cual, me paree a mí, se ha negado a pertenecer su dirigencia, con los ojos puestos en Europa.
De todas maneras, JOSÉ DONOSO ama la verdad a través de la literatura, y su temática es tan valiosa como la de Violeta Parra y la de tantos cantores y poetas populares.
El cuento EL PASEO es un retrato o una crónica del alejamiento vital y la decadencia de una familia; que poco a poco se va extrañando del mundo y de la vida. Viven una vida de puertas adentro: cerrada. En el relato la servidumbre es invisible, inexistente; sus cortas menciones o referencias relatan en forma tangencial las ocupaciones propias de los criados. En ausencia de los padres, la hermana asume la autoridad. Los actos cotidianos de estos hermanos son casi un ritual repetido hasta el hastío. Parece como si el único ser vivo de esa casa fuese el niño que relata. Pero esa voz no es la de un niño: es la voz de un adulto, de un taxidermista que corta la carne de sus consanguíneos y muestra las relaciones internas entre esos prisioneros, con la lucidez y la crueldad de quien describe carne muerta. 
El relato podría caer en una repetición que nos produciría náuseas si no apareciera el elemento vital, en forma de una perra callejera, que se introduce en la vida de esta familia, a pesar de ellos. Esa perra sucia y enferma desata el instinto protector de la mujer. Uno piensa, en un comienzo, que es la madre, la mujer, quien busca curar, sanar a la perra, para devolverla a la vida; pero pronto comprende que lo que busca esta mujer es aumentar el número de sus súbditos, tener otro ser en su órbita. La perra, en un comienzo, se convierte en la compañera de la beata, en la confidente, en la amiga que nunca tuvo, por su dedicación a su familia. Y poco a poco, la mujer se ve arrastrada, por la presencia de la perra, al reconocimiento de sí misma. Es como si la perra fuera un catalizador que le permite darse cuenta de que ella puede sentir, mirarse en otra forma, alterar la normatividad, la rigidez que determinó cada acto de su existencia. La mujer, finalmente, empieza a salir de la casa en las horas de la noche, y se desordena, se convierte, ella misma, en la perra, en la intrusa. Se pierde, en el sentido en que actúa como si ya no perteneciera a ese mundo cerrado, burgués. Se pierde porque se entrega al reconocimiento y la satisfacción de sus propias necesidades. Uno, como lector, no sabe si en esas salidas, la mujer se prostituye o actúa en otra forma deshonrosa. Considero que su pecado es salir de la órbita familiar a la cual se había auto-condenado.
Es un hermoso y muy bien logrado escrito de JOSÉ DONOSO. No lo conocía y me cautivó, como lo hizo en otro tiempo la lectura de EL LUGAR SIN LÍMITES.
Gracias Alberto, por permitirme este disfrute.

No te había respondido antes, porque ando carente de tiempo.
Atentamente,

HERNANDO.

sábado, 1 de septiembre de 2012

JOSÉ DONOSO “PASEO”


En el día de hoy comenzamos visualizando la entrevista a José Donoso, donde narra cómo la escritura, o más bien el trabajo de escribir le causa un mal increíble. Una úlcera que lo lleva al quirófano de manera irredimible. Para José Donoso, la realidad debe ser ironizada, llevada al extremo, “nadie quiere leer los padecimientos de tu madre, pero esa otra parte, el retrato cruel, lo no dicho, es otro asunto”. José Donoso en esta frase resume un poco lo que es la literatura, algo que va más allá de la anécdota.

La literatura de José Donoso, es para algunos reminiscencia, la madre y el abuelo en este caso, junto con otro cuento de Donoso “Ana María”, se entrecruzan, convergen en el recuerdo de la abuela fallecida, en el viaje hacia el pasado. Otros tiempos, esos en que la madre recuerda las tierras que ya no posee, el lugar donde nació y la tristeza, la desazón lo embarga todo, las manías, los vecinos, la tía. El peso de la familia está presente en la mayoría de sus cuentos.

Algunos advierten que se deja ver  la decadencia de la clase aristocrática. Indudablemente aquí José Donoso explora algo que fue parte de su vida. Pertenecer a la burguesía lo alejó un poco de la visión del mundo que esboza en sus cuentos, sin embargo a través de la servidumbre que hizo parte de su familia pudo acercarse a un mundo vedado, el de los días en vilo, los trabajos exiguos y las noches de frío.

Matilde es el equilibrio, la que mantiene todo atado, el eslabón de esa casa, nos recuerda a algunas vecinas que todavía son ese pilar inamovible, eterno. Sorprende José Donoso, al convertir un hecho tan cotidiano en algo tan entretenido, que nos va llevando a una profundidad inesperada. Demuestra una sensibilidad increíble sobre lo cotidiano, expresada de una manera que la gente se siente movida por hechos rutinarios, es un cuento muy bien logrado, no sobra una palabra. Otro ejemplo de esta perfección puede ser el cuento de Donoso, China, en donde dos niños seducidos por una tienda se transportan a China, una historia para dejar entre las pendientes.

El amor filial no había necesidad de demostrarlo, sin embargo  hay una búsqueda, una necesidad de nombrarlo, de decir cosas, la falta de palabras conlleva a tener una espera infinita, las palabras no dichas sólo abren el espacio para pensar en supuestos, ¿me quiso? A veces también la quise, ¿nos querrá? ¿Volverá?

El perro es el cómplice, el amigo, que le permite revelarse, destruir o fracturar el orden establecido, dejar lo seguro, la comodidad, para aventurar, para divertirse. “No se ha vivido si no se a navegado” creo que decía Herman Melville, lo que quería decir era que la vida había que salir a buscarla, que no te llegaba a la casa, a la tranquilidad. 

La imposibilidad de nombrar, de conversar tranquilamente, hace que esta familia viva sobre imaginarios, que le abran un espacio a la espera. Esperar que todo vuelva a ser como antes, que la persona que se ama regrese, que nos amen, que el ser querido sepa que lo queremos, que deseamos que vuelva, que estamos tristes, alegres, que deseamos morir, o vivimos imposibilitados para vivir. Esto hace que se sienta un gran sufrimiento, una represión total de sentimientos. En “Paseo” vemos una arquitectura de la familia, se supone que una familia debe estar conformada por un padre, una madre, unos hermanos, unos hijos, pero podemos construir la casa desprovista de sentimientos, que frente a la menor irrupción se derrumbe. Por eso es tan importante la rutina para Matilde, para los tíos, la rutina del juego, de tender la cama, de perder, porque el salir de esta rutina los enfrentaría a algo que no quieren, que nunca han deseado, salir implica vivir, enfrentar lo desconocido.

La estructura del cuento de Donoso es laberíntica, todo está implícito, el destino de Matilde es una incógnita, debería existir un continuara…, un nuevo cuento, una saga donde nos cuenten a donde se fue Matilde con su perrito. Algunos imaginamos que ha muerto, o que su vestido roto, sus zapatos empantanados, obedecen al amor, a la pasión, a la existencia de un amante, los encuentros furtivos, la huida, la posibilidad de una mujer abierta al abismo. Todo o nada, el pretexto, el tedio  Es posible que Matilde haya huido  no gracias al  amante deseado, si no, que haya salido en busca de aventura, o que solo hubiese decidido estar sola. El perro es el vehículo a otro mundo, otro orden. O simplemente está muerta, desapareció para siempre, es recuerdo, sentimiento, encuentro consigo misma.

El recuerdo de la hija de José Donoso irrumpe la conversación, intentando atar cabos, buscando encontrar respuestas frente a la relación de los hermanos de Paseo, que siguen inmóviles, silenciosos, mientras su micromundo sucumbe, se desmorona, muta. Pilar Donoso, madre de tres niños, publicó en 2009 'Correr el tupido velo', una biografía de su progenitor, basada en diarios íntimos de su padre. Entre esos textos de José Donoso había fragmentos de un proyecto de novela sobre una hija que descubre los diarios personales de su padre y se suicida luego de leerlos. La escritora chilena comentó en su momento que esa historia era una fábula de su padre sobre lo que a ella le ocurriría cuando leyera sus anotaciones íntimas.

La tía Matilde cumple un rol femenino por antonomasia, el de la madre. Una familia necesita ese rol para suplir algunos vacios, para dar estabilidad, para generar cuidado, tranquilidad, en el caso de los más jóvenes. El perro llega a irrumpir este orden, acaba con la monotonía abre el paso a la ausencia.