lunes, 30 de septiembre de 2013

SOBRE "EL HUEVO" DE SHERWOOD ANDERSON


SOBRE “EL HUEVO” DE SHERWOOD ANDERSON
(1876 Camden – 1941 Colón)
28 DE SEPTIEMBRE DE 2013

Sherwood Anderson para muchos es un desconocido, debido en parte a que el éxito de William Faulkner lo opacó, también su estilo, que aunque realista tocó temas escabrosos para la época, como la sexualidad adolescente, al igual que su determinación de escribir por fuera de lo que él llamó un “argumento tramposo”, esa escuela de cuentos con finales inesperados, heredada en parte por Edgar Allan Poe y ratificada por uno de los mejores cuentistas norteamericanos de la época, el reconocido O. Henry.





En “El Huevo”, Anderson responde a una inquietud, la industrialización norteamericana evoca una discusión moral importante, la idea de acumular éxito, riquezas, bienes, configura el ideario Norteamericano, es decir, el sueño americano reza “se es más feliz en cuanto más riquezas acumules”. En este cuento la zozobra cae sobre quienes despojados del hálito de poseer resultan invadidos por un aire desmesurado de prosperar.


Dejando por un momento “El Huevo”; en el libro “Cuentos Reunidos de Sherwood Anderson, encontramos algunos cuentos que tienen como eje los caballos “Quiero Saber Por Qué” es uno de los cuentos más conocidos de Anderson, en el cual un joven que disfruta de las carreras de caballos, vibra con estar en las caballerizas, siente en su interior la energía del triunfo, el éxtasis de la carrera, sobreponiéndose a la negativa de sus padres, haciendo parte del ritual que está detrás de las carreras de caballos. 



Sherwood Anderson


Álvaro Mutis irrumpe en la escena, su muerte nos acompaña, la atmosfera está cargada con la lejanía de su muerte, pero con la cercanía de sus novelas, su poesía, Maqroll el Gaviero, L'Ultimo Scalo Del Tramp Steamer y aquella novela suya llevada al cine en 1996  “Ilona llega con la Lluvia”. O el libro de poemas que nos recuerda Víctor Zuloaga “Caravansary publicado en 1981. Creo que hay que leer a Mutis, como hay que hacerlo con Gabriel García Márquez, o Santiago Gamboa, Mario Mendoza, Juan Gabriel Vásquez, Germán Espinosa y tantos otros escritores colombianos, que relegamos al olvido, que han dejado de ser novedosos, que no figuran en los medios de comunicación.

Pero volviendo a Sherwood Anderson y conversando sobre su estilo y la crítica que hacía sobre los finales inesperados, coincidimos en que un buen final es necesario en un cuento o una novela, un buen final casi siempre es inesperado, ya que si lo dedujéramos con anticipación, el cuento dejaría de ser interesante. En el cine comercial actual, hay muchos ejemplos de finales esperados, finales que carecen de sorpresa, pero que el público añora en su afán de entretenerse.


En “El Huevo” el peso de la historia radica en el drama de no poder conseguir la prosperidad, el éxito, algo que ironiza Sherwood todo el tiempo, pero que lleva la historia a un final que pocos imaginamos y que llena de dramatismo un cuento desasosegado desde el inicio.





 Raymond Carver llega a la mesa en la voz de Aldemar, y es que este escritor norteamericano es uno de los más importantes de Estados Unidos, junto con los ya mencionados. Si intentamos hablar de finales inesperados, es posible que con Carver lleguemos a un extremo y es el de los finales desconcertantes. Debemos añadirlo a nuestra lista de conversaciones, espero que el tiempo nos alcance para leer algunos de sus cuentos en el club.

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